12- KUNDALINI: LA SERPIENTE QUE SUBE POR LA COLUMNA

EL PRANAYAMA Y EL DESARROLLO DE LA ESP
Una de las principales técnicas de meditación es la llamada Pranayama.
Para ello se tienen en cuenta dos postulados: el Prana y los Chakras.
El Prana es una energía subyacente a todos los fenómenos y que llena todo el Universo y por su puesto incluye al hombre. Según los yoguis, la mente concentrada puede conectarse con esta energía y dirigirla.
Los Chakras son centros o vórtices de energía ubicados en siete lugares específicos del cuerpo humano. Cada uno tiene una calidad y función diferente aunque se los considera en el hombre común, en estado latente o embrionario
Los siete Chakras, centros o vórtices de energía (también se los llama Plexos). Su ubicación:
Sahasrara: En la coronilla.
Ajña: En el entrecejo.
Visudda: En la base de la garganta.

Anahata: A la altura del corazón.
Manipura: A la altura del ombligo.
Svadgisthana: En el bajo vientre.
Muladara: En la base de la columna vertebral.
La técnica del Pranayama intenta llevar el Prana a cada uno de los Chakras con el fin de activarlos en su plenitud. Esto se hace paso a paso hasta que al llegar al séptimo se espera lograr, además de otros beneficios, la Iluminación.
Entre los beneficios que se irían sumando, estaría el desarrollo de aptitudes parapsicológicas, como la telepatía, la clarividencia, la precognición. Debe entenderse que esto vendría por añadidura, o sea sin buscarlo. Cabe también aclarar que todos poseemos las aptitudes parapsicológicas bloqueadas o en estado latente. La meditación, al ir depurando la mente, las hace aparecen en el plano consciente poniéndolas en vigencia.
Según los maestros Yoguis, existirían dos canales a los costados de la columna vertebral llamados el Pingala y el Irha. El primero a la izquierda y el segundo a la derecha.
En el ejercicio del Pranayama, el Prana dirigido por la mente del meditador debe primero despertar la energía acumulada y dormida en el primer Chakra o Muladara y desde ahí llevarla por el Pingala atravesando todos los demás centros para luego descender por el Irha hasta hacerla chocar nuevamente con la energía del Muladara. A esta energía concentrada en este centro los Yoguis suelen representarla por una serpiente dormida y enroscada en el coxis y que al ser despertada haciende luego por la columna vertebral.
Después de practicar la forma antedicha, como mínimo durante un mes, se pasa luego a dirigir el Prana por un canal que va por el centro de la columna llamado Shushumna.
El ejercicio no comienza directamente. Primero hay que asegurarse de haber logrado una respiración armónica y natural. Puede ser conveniente que el principiante no intente nada más hasta que domine una concentración sobre la respiración con la mente en calma. En una segunda etapa debe intentar llevar el Prana por el Pingala y el Irha, sin apartar la atención del ritmo respiratorio.
En una tercera etapa se liberará de la respiración y se concentrara solo en la conducción del Prana.
En una cuarta etapa intentará hacer subir el Prana por el centro de la columna vertebral o sea por el Sushumna.
El tiempo que puede llevar el dominio de esta técnica es distinto para cada individuo. De todos modos, digamos que lo conveniente es practicarla todos los días durante no menos de un mes por cada etapa.
En caso de dudas o inconvenientes haganos llegar su preocupación.