miércoles, 11 de julio de 2007

5- ELIJA USTED LA PUERTA DE ENTRADA

OTROS EJERCICIOS DE MEDITACIÓN

Como ya hemos dicho anteriormente, existen más de doscientos ejercicios de meditación, y podrían existir muchos más creados a partir de los mismos. También hemos hecho referencia a que la meditación pasa por la relajación. Esta es una condición “sine qua non”. Sin duda alguna la actitud juega un papel fundamental. Describiremos esto primero por la vía negativa: no es la actitud de luchar, forzar ni de querer alcanzar un objetivo, algo así “como a la fuerza”. Tampoco consiste en un abandono que desemboque en la indiferencia. La verdadera actitud se va obteniendo en la medida que dentro de la buena observación se experimente la calma y el estado de meditación propiamente dicho.
Un simple ejercicio de meditación puede ser hecho de pie, siempre con los ojos cerrados. Con los pies en el mismo lugar, el cuerpo en posición vertical gira lentamente en redondo. La atención se reparte entre sentir la respiración y la sensación de giro desde la cabeza hasta los tobillos. Una variante del mismo ejercicio es detenerse cada tanto en un punto de la cruz inscripta en el círculo de giro, o sea, izquierda derecha, adelante atrás.
Una práctica muy extendida entre los orientales, consiste en repetir un sonido o mantrams. Puede hacerse simplemente sentado en una posición cómoda, en la postura yogui llamada de la flor de Loto, de pie, en la más absoluta quietud o en movimiento. La palabra o mantram que más comúnmente se recita es el OM o AUM. Pero es recomendable para comenzar, la palabra GOM. La “G” vibra en la garganta, la “O” resuena en la mitad de la boca y la vibración de la “M”, a partir de los labios cerrados, se extiende por los tejidos bucales hasta el oído. Se trata de encontrar el punto justo de un sonido grave. Otra variante del mismo ejercicio consiste en taparse los oídos, todo el tiempo o en forma intermitente. Puede hacerse aplicando el pulgar sobre los lóbulos centrales del oído con los demás dedos sobre la cabeza.
La luz y los colores pueden ser excelentes medios para vehiculizar la mente, producir efectos psicofísicos y alcanzar el estado de meditación. Por ejemplo, un especie de baño de luz. Puede ser también con la idea de luz y energía.
Como en otros casos, en posición de sentado, con los ojos cerrados y después de observar y sentir la respiración, se visualiza por encima de la cabeza una luz potente que puede ser en forma de esfera o de foco radiante. Esta luz desciende sobre la cabeza, se la siente por dentro y va penetrando todo el cuerpo, primero por el lado derecho desde el hombro hasta la punta del pie, sube desde el pie izquierdo por el mismo lado hasta el hombro y se regresa a la cabeza. Todo lentamente, con la actitud y la idea de limpiar o cargar de energía. Al final, se permanece un tiempo observando la luz sobre la cabeza sintiendo de fondo la respiración.
Una variante del mismo ejercicio es repetirlo once veces pasando cada vez de un color a otro, primero el blanco, luego el rojo, el naranja, el amarillo, el verde, el azul, el violeta, el lila, el celeste, el blanco y el dorado. Aquí la mente puede detenerse más tiempo hasta el final.
Los colores tienen de por sí un significado que el inconsciente conoce y pueden tener un efecto terapéutico. Por ahora decimos que alguien deprimido o con falta de energía le conviene quedarse más tiempo en el rojo. Una persona nerviosa y excitada le servirá permanecer más en el azul.
Un ejercicio clásico hindú que parte de la creencia de la existencia de los “Chakras” (centros o vórtices) y la “Kundalini” energía que como una serpiente se iría enroscando de abajo hacia arriba en la columna vertebral. Este tema lo desarrollaremos más adelante, dado su complejidad. Por ahora diremos que con cualquier ejercicio de meditación puede comenzarse a oír el sonido de grillos, ranas, pajaritos, o todos juntos. Esto puede ocurrir en forma individual y a veces en todo un grupo, practicando meditación. Los maestros orientales sostienen que esta es una señal de que se está despertando el “Muladara” que es el primer Chakra en la base de la columna. Esta señal nos dice algo así como que “vamos bien”.
Otras señales menores, para el comienzo y que indican que vamos en buen camino, son: suspiros, bostezos, picazón en distintos lugares del cuerpo y en especial en la cara (que luego desaparece). En algunos casos (un veinte por ciento), los meditadores sienten que aumenta su temperatura corporal y el resto, se enfrían.

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