jueves, 14 de junio de 2007

1- UN CAMINO HACIA UN MUNDO DE PAZ Y ARMONÍA

MÉTODOS ORIENTALES Y OCCIDENTALES AVALADOS CIENTÍFICAMENTE

En Occidente el concepto de Meditación durante más de dos mil años fue utilizado más referido al acto de reflexionar. Al acto discursivo y dialéctico, salvo excepciones.
Desde que la Teosofía y algunos gurúes de la India introdujeron estas prácticas, la palabra meditación comenzó a difundirse con el sentido oriental. Eso no quiere decir que siempre fuera bien entendida. De hecho es una práctica y por lo tanto se la conoce experimentándola.
Existen más de doscientas técnicas de Meditación. Además, se podrían inventar muchas otras basándose en las ya existentes.
Todas ellas apuntan a armonizar el organismo físico, las emociones y la mente. En el enfoque Oriental el objetivo consiste en alcanzar un estado espiritual trascendente.
Se ha comprobado científicamente que una auténtica práctica de meditación modifica favorablemente todo el organismo. Disminuye la cantidad de latidos del corazón por minuto. La respiración que marcha al compás del corazón, una por cuatro latidos, también disminuye. Esto influye sobre todos los demás procesos fisiológicos, la temperatura, la respuesta galvánica de la piel, los procesos químicos, digestión, metabolismo, etc. Produce por añadidura un mejor dormir y psicológicamente más capacidad de atención y memoria, factores que contribuyen a que un sujeto pueda tener más rendimiento en distintas áreas del trabajo, la creatividad o de la vida social.
En las malas prácticas, con malos instructores, se confunde la meditación con la visualización, la sugestión, la hipnosis o la simple relajación. De todos modos, la relajación es un paso indispensable y previo a los demás escalones que llevan al estado de meditación.
Conviene distinguir la técnica de meditación, del estado de meditación. Este es el objetivo a alcanzar. Aquí nos apresuramos a aclarar que la actitud adecuada para meditar es el no estar presionado por querer alcanzar un resultado. El estado de meditación debe venir por añadidura no como algo que el ego quiera apresar.
Aunque no se entienda del todo, nos adelantamos a decir que la meditación disuelve el ego, hace desaparecer el tiempo y el espacio para dar lugar a un estado especial. Los que han llegado a este estado le han llamado paz, gozo, alegría, armonía, belleza, etc. y en su forma tradicional en el Hinduismo se le llama Samadhi, en el Budismo Nirvana, en el Budismo Zen Satori, en el Taoísmo vacio (de todo lo sensorial) y en el Cristianismo Bienaventuranza, Gracia, Estado Celestial, etc.
Tenemos un modelo estereotipado del sujeto que medita sentado, con los ojos cerrados y las piernas cruzadas evadiéndose del mundo.
Existen muchas técnicas en distintas posturas, estáticas o en movimiento, en grupo y en medio del mundo. Hasta un trabajo manual o mental podría convertirse en un ejercicio de meditación. También la contemplación de los paisajes u objetos especiales ya sean estos símbolos o mandalas. La verdadera oración se la puede homologar al estado de meditación y ciertos rituales religiosos podrían incluirse como inductores hacia este estado.

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